Santa Lucia la Chua, no me dejaran mentir al respecto de que no es precisamente el lugar mas cómodo del mundo para vivir con un niño; y sin embargo, en medio de esa selva tropical llena de insectos que nunca antes había visto; alguna que otra barba amarilla que nos visitaba de vez en cuando dejando ocasionalmente uno u otro hombre asustado a su paso; quien iba a decir que hoy por hoy recordaría esos días como una de las épocas mas tranquilas y seguras de mi vida, alejada del bullicio de la ciudad y de la contaminacion de todo sentido (de sentimientos, ambiental, comercial y consumista que nos ofrece la ciudad)
Hoy por hoy de alguna manera doy las gracias a Dios por esos meses de descanso que me regaló en Santa Lucia; por toda la gente linda que en medio de su pobreza me recibio y me dio lo mejor que tenia de si; que recibieron a mi hija en sus casas como al visitante mas especial; y porque de la manera mas misteriosa Dios logro hacer realidad mi sueño de pasar junto a mi hija sus primeros años de vida; aun cuando siendo madre soltera no podía darme el lujo de dejar de trabajar ni un solo momento. Hasta ese día; y hasta salir de ese lugar, me separe por primera vez de mi hija para ir a trabajar a un sitio donde no podía tenerla conmigo. Al parecer Dios va tejiendo nuestros caminos, aun cuando a la distancia no entendemos porque es esa la dirección.
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